Postura y Ergonomía

Postura y Ergonomía

La postura es el posicionamiento de los diferentes segmentos corporales que se adopta ante una determinada actividad. La importancia del mantenimiento de una postura correcta radica en que el trabajo postural puede ser el origen de fatigas, dolores y lesiones que son evitables con una correcta educación y sensibilización. Además las posturas suelen ser repetitivas en una misma actividad, con pequeñas variaciones, que obligan a actuar siempre a la misma musculatura. La adopción repetitiva de posturas incorrectas tanto en el trabajo laboral como en el doméstico es fuente de fatigas innecesarias y de lesiones. Es necesario considerar que el trabajo postural es básicamente isométrico, compuesto de contracciones no muy intensas pero largamente mantenidas en el tiempo, en las que se dificulta el aporte de nutrientes a los músculos y se dificulta también la eliminación de metabolitos de deshecho.
Afecta no sólo a actividades propiamente dichas de trabajo sino también a actividades de ocio, descanso, docentes y domésticas.
En cualquier actividad deberíamos ser conscientes de la postura que adoptamos antes de que aparezca la fatiga. Es importante realizar cambios posturales en las tareas que se prolongan en el tiempo. También es importante, en tareas prolongadas la realización de ejercicios compensatorios y algunas veces también ejercicios de entrenamiento para el trabajo postural.
Algunos principios, como el de alineamiento de segmentos corporales, el minimizar los momentos de fuerza sobre las articulaciones y no realizar sobreesfuerzos, deberán ser considerados en los trabajos posturales. Al valorar las posturas adoptadas en un determinado trabajo será importante considerar algunos de los aspectos del equilibrio comentados en este capítulo:
Posición del CG, posición de los diferentes segmentos corporales, base de sustentación, prolongación del CG sobre la base de sustentación.
Por ejemplo para sentarse y levantarse de una silla, siempre que ésta tenga espacio debajo, se recomienda ensanchar la base de sustentación colocando un pie bajo el asiento. De esta manera podemos descender de forma controlada y sin tener que compensar con una flexión de tronco, que no es recomendable pues se suma a multitud de tareas cotidianas en las que se hace trabajar innecesariamente a la musculatura lumbar, que al ser una musculatura postural no deberíamos sobrecargar.

Ergonomia
La Ergonomía es el estudio de datos biológicos y tecnológicos aplicados a problemas de mutua adaptación entre el hombre y el medio; así, nos centraremos en poder adaptar nuestras actividades de la vida diaria (laborales, en el hogar, etc.) para conseguir realizarlas de manera eficiente, con el mínimo esfuerzo posible y de la forma menos lesiva para nuestro organismo.

El dolor de espalda puede aparecer con los movimientos más sencillos, pero lo más frecuente es que los trastornos de la espalda sean la acumulación de meses o aún años de malas posturas, erradas actividades corporales, vida tensa y malos hábitos de trabajo, pérdida de flexibilidad y una falta general de aptitud física. Llegados a la madurez casi todos han sentido alguna forma de dolor de espalda; es un problema latente para casi todos en algún momento de sus vidas.
Las lesiones de espalda no son nuevas, desde que los humanos hemos adoptado la posición erecta hemos padecido de lumbago. No contamos con la ventaja estructural de caminar con las cuatro extremidades; por lo tanto, tenemos que sostener todo el peso del cuerpo con la región inferior de la espalda; región que además ha heredado la creciente tensión de la vida diaria, la mala postura, la falta de ejercicio regular y el exceso de comida.
Aunque no existen soluciones mágicas, las respuestas para resolver este dilema están en nuestra mano. Se estima que un 97% del dinero gastado en atención médica está dirigido hacia el tratamiento en enfermedades, lesiones o invalidez; solo un 3% es gastado en la prevención.
Las lesiones de espalda parecen ser impedimentos difíciles de curar y rehabilitar. Toda persona que haya tenido dolores de espalda es diez veces más propensa a tenerlos nuevamente que un individuo que no ha tenido nunca un problema de espalda. 
Debemos de prestar más atención al tratamiento preventivo de las lesiones de espalda, en lugar de realizar tantos tratamientos después de que las lesiones han aparecido. Los problemas de espalda pueden ser prevenidos, la mayoría de las veces. La clave radica en la educación eficaz. La respuesta es
comprender los problemas, saber como prevenirlos y que hacer si ellos ocurren.
Todo esto implica la responsabilidad personal y el deseo de tener una espalda sana.

Los trastornos de espalda  más comunes

Como ya se ha dicho, es poco frecuente que el dolor de espalda sea el resultado de un solo incidente o lesión. Puede haber comenzado con una simple distensión. A medida que pasa el tiempo, otros factores contribuyen frecuentemente al problema, como un viaje largo en automóvil, o flexiones y esfuerzos desmedidos al levantar objetos. Sumando todos los síntomas, ellos se vuelven un problema digno de atención.
La clave para tener una espalda sana radica en mantener el buen equilibrio de la columna vertebral tan a menudo como sea posible. La columna del ser humano soporta peso como un pilar, lo que la diferencia de los cuadrúpedos que soportan el peso como un madero. Cada vez que nos ponemos de pie o nos sentamos, nuestras espaldas trabajan contra la gravedad para sostener una estructura inestable.
La columna no patológica y normal tiene cuatro curvas continuas y suaves que ayudan a amortiguar los golpes y le dan flexibilidad. Las curvas naturales de la espalda permiten que el peso sea distribuido entre varias estructuras de la columna.
Si se tiene una espalda desviada o aplanada, hombros redondeados o cabeza inclinada hacia delante, o si se pasa demasiado tiempo en posiciones de trabajo tensas, la columna vertebral no se encontrará en su normal equilibrio. Esto produce distensión de los ligamentos o causa excesiva de fatiga en algunas partes de la columna.

Posturas y actitudes viciosas en bipedestación

 En bipedestación y, en especial, cuando estamos realizando algún trabajo que absorbe toda nuestra atención, tendemos a situarnos en la mejor manera posible para realizar el trabajo o esfuerzo concentrándonos en él, pero olvidando la peligrosa posición que le estamos dando a nuestra espalda. Como reglas generales no debemos usar por mucho tiempo  zapatos de tacón alto, o con plataforma; estar de pie en la misma posición por mucho tiempo; Estar de pie con las rodillas juntas, los músculos abdominales relajados y la espalda curvada. En cambio, cuando sea necesario que estemos de pie por mucho tiempo, debemos levantar un pie y cambiar frecuentemente de posición, mantener la tarea a una altura adecuada y, si podemos, colocar un pie a una altura más elevada que el otro y alternar la posición
de ambos pies frecuentemente.
La tarea no ha de encontrarse muy baja y/o alejada de nosotros, debe encontrarse a una altura correcta.
Estar de pie mucho tiempo con una lordosis excesiva puede causar dolor lumbar. Puede eliminarse colocando un pie en un pequeño bancolo que le permite a una pierna flexionarse en la región de la cadera, y relajar el psoasilíaco y “aplana” la curva lumbar. Este método es recomendable para mantener una postura en bipedestación relajada y duradera.
En el plano frontal hay que evitar la rotación de la columna vertebral, cintura escapular y pélvica. Producen dolor en la columna lumbar si son actitudes repetidas y se hacen siempre sobre el mismo lado, como el transportar mucho peso en un brazo, lo que hace inclinar peligrosamente la columna, y produce dolor lumbar si es muy repetido. Hay que repartir el peso en las dos extremidades por igual, y si no es posible, alternar el uso de cada miembro superior llevando el peso una vez en un brazo y al rato en el otro brazo.
Arrastrar un peso con una mano conlleva una rotación de la articulación del hombro y de la cintura escapular en general, que es fácilmente evitable llevando el carrito por delante (es mejor empujar que arrastrar). Además si la otra mano la llevamos ocupada por una bolso, carpeta, etc, hacemos que se produzca una rotación e inclinación lumbar que puede abocar a un dolor de espalda si no corregimos dicha postura.