Gravedad
La ley
de la Gravitación Universal es
una ley física clásica que describe la interacción gravitatoria entre distintos cuerpos con masa. Ésta
fue presentada por Isaac Newton
en 1687, donde establece por primera vez una relación cuantitativa (deducida de
la observación) de la fuerza con que se atraen dos objetos con masa. Así,
Newton dedujo que la fuerza con que se atraen dos cuerpos de diferente masa
únicamente depende del valor de sus masas y de la distancia que los separa.
También se observa que dicha fuerza actúa de tal forma que es como si toda la masa de cada uno de los
cuerpos estuviese concentrada únicamente en su centro (lo que se denomina
“centro de gravedad”, es decir, es como si dichos objetos fuesen
únicamente un punto, lo cual permite reducir enormemente la complejidad de las
interacciones entre cuerpos complejos.
Así, con todo esto resulta que la ley de la
Gravitación Universal predice que la
fuerza ejercida entre dos cuerpos de masas y separados una distancia es proporcional al producto de sus
masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia.
La Estática del Hombre en Bipedestación
Ante la existencia de la fuerza de gravedad que la Tierra realiza, el
cuerpo debe asumir varias funciones: tiene que permitir al sujeto mantenerse en
pie, en equilibrio, desplazarse y finalmente expresarse a través del gesto, la
palabra o el pensamiento.
Para
responder a esta finalidad de movimiento, de intercambio con el mundo que lo
rodea, el cuerpo tiene que asegurarse una fuente de energía y gestionar la
reserva de ésta de manera muy económica. Esta ley de economía se aplica en el
sistema locomotor pero también en otras funciones internas encargadas de
asegurar su autonomía. Tres leyes rigen la compresión del cuerpo humano.
Su conocimiento permitirá decodificar el
lenguaje del cuerpo y darle un significado a través de sus propios esquemas de
compensación.
La primera ley es la del equilibrio
Equilibrio físico, biológico (homeostasis), y también mental. El equilibrio perfecto, es decir, inmóvil, no existe. El equilibrio es siempre relativo y sólo puede ser activo, dinámico.
Equilibrio físico, biológico (homeostasis), y también mental. El equilibrio perfecto, es decir, inmóvil, no existe. El equilibrio es siempre relativo y sólo puede ser activo, dinámico.
La segunda ley es la de la economía
Toda la fisiología humana traduce la ingeniosidad de los sistemas adoptados para respetar esta ley. Las funciones de base (respiratoria, circulatoria, digestiva, estática, motriz) tienen que consumir poca energía. El sujeto debe preservar su capacidad vital a fin de expresarse.
Toda la fisiología humana traduce la ingeniosidad de los sistemas adoptados para respetar esta ley. Las funciones de base (respiratoria, circulatoria, digestiva, estática, motriz) tienen que consumir poca energía. El sujeto debe preservar su capacidad vital a fin de expresarse.
La tercera ley es la del confort
El hombre no soporta vivir con informaciones esencialmente nociceptivas (que le generen daño). Para vivir de forma confortable, el sujeto inventará esquemas de compensación que pondrán de relieve la relación “continente-contenido”.
El hombre no soporta vivir con informaciones esencialmente nociceptivas (que le generen daño). Para vivir de forma confortable, el sujeto inventará esquemas de compensación que pondrán de relieve la relación “continente-contenido”.
Para
construir al hombre en bipedestación se partirá de dos prioridades: La primera, evidente cuando se considera que
el hombre, fuera de su período de sueño, tiene que asumir su verticalidad de
doce a dieciséis horas por día: la función estática debe ser económica. Debe
evitar el agotamiento que anularía todas las ganas de comunicarse con el mundo
exterior. Segunda prioridad: la solución adoptada debe ser confortable a fin de
no poner trabas a las vías propioceptivas.
"El hombre en bipedestación, no está en equilibrio,
sino en un desequilibrio anterior. A
nivel cefálico, la línea de gravedad pasa
por el orificio occipital, repartiendo el peso de la cabeza con los 2/3
hacia delante por 1/3 hacia atrás. A
nivel plantar, la línea de gravedad pasa por delante del maléolo externo.
Este desequilibrio anterior, parece desafiar la
estática. Si existiera el equilibrio perfecto del modelo postural, el cuerpo
sería más inestable y los centros del equilibrio estarían continuamente en
alerta a una multitud de informaciones. El desequilibrio anterior se gestiona
más fácilmente, ya que los pies y los ojos están dirigidos hacia delante, lo
que a la vez lo hace más seguro."
Es evidente que la estructura ósea responde a la función estática, tanto en la inmovilidad como en el movimiento . Pero ¿la estática puede utilizar la función muscular? Aunque la concepción clásica le atribuye al músculo mucho valor en la función estática, sólo tiene un papel secundario.
Es evidente que la estructura ósea responde a la función estática, tanto en la inmovilidad como en el movimiento . Pero ¿la estática puede utilizar la función muscular? Aunque la concepción clásica le atribuye al músculo mucho valor en la función estática, sólo tiene un papel secundario.
En
efecto, los musculos no están hechos para una acción constante, gastarían demasiada energía,
y se contraerían sin respetar las leyes de la economía ni la del confort.
Aunque el mantenimiento y la corrección de la postura se atribuyen al sistema
muscular, este no puede realizar su tarea sin la ayuda y soporte de la fascia .
Basmajian
afirma que “… entre todos los mamíferos, el hombre posee los mecanismos
antigravitatorios más eficientes, una vez alcanzada la postura erecta. El gasto
de energía muscular necesario para mantener esta postura, aparentemente desgarbada,
en realidad es mínimo” .
Postura, tono muscular
La posibilidad que tiene el
ser humano para trasladarse, explorar el medio ambiente, adaptarse a él para
luego transformarlo en su propio beneficio no sería posible sin la
verticalidad, la bipedestación, el movimiento.
La posición erecta del ser
humano es la conquista sobre la fuerza de gravedad, que a través de miles de
años el hombre ha logrado, y que lo diferencia del resto de las especies.
Esta posibilidad se ha dado
gracias a la correcta organización y relación que guardan los distintos
segmentos corporales entre sí, en relación al espacio y a la fuerza de
gravedad. A esta organización y relación corporal la conocemos con el nombre de
postura.
A continuación estudiaremos a
la postura desde el punto de vista biomecánico, neurológico y emocional.
Postura
La postura es el componente
obligado del movimiento al cual se asocia precediéndolo, acompañándolo y
sucediéndolo. Este concepto nos hace ver que la postura, contrario a lo que se
piensa, no es siempre estática, sino dinámica y cambiante.
La postura depende del tono
muscular y del equilibrio.
El equilibrio puede ser definido como fuerzas contrarias que se
contrarrestan. En la postura humana, el equilibrio consiste en las
modificaciones tónicas que los músculos elaboran a fin de garantizar la
relación estable entre el eje corporal, la base de sustentación y el centro de
gravedad. La meta es lograr la posición erecta.
La capacidad de generar respuestas antigravitacionales, tanto estáticas como
dinámicas, es la condición esencial para la adaptación gradual del ser humano a
su medio ambiente, para lo cual es necesario el control postural. La fuerza de
gravedad representa el componente medio ambiental mayormente responsable de la
adaptación postural.
El equilibrio postural humano se da en
relación al espacio, tanto interno como externo y depende de la integración de
tres sistemas sensoriales que son:- El sensorial profundo o propioceptivo
(sentido kinestesico), · El vestibular · El visual
El trabajo conjunto de estos tres sistemas
informa al cerebro acerca de los cambios o ajustes necesarios que el cuerpo ha
hecho o debe hacer para adaptarse y responder a las demandas que el medio
ambiente le exige.
Sabemos que los propioceptores
son receptores del sentido kinestesico que se encargan de la sensibilidad
profunda de los músculos e informan al cerebro acerca del tono muscular,
movimientos corporales y equilibrio. Se localizan en el músculo, tendón y
articulaciones.
El sistema vestibular a su vez
se encarga de registrar e informar al cerebro acerca de los cambios de posición
de la cabeza en relación al cuerpo y al espacio, por lo tanto tiene que ver con
la estabilización horizontal de la cabeza y de las imágenes retinianas, con la
formación de la sensación de orientación espacial y con el mantenimiento del
equilibrio corporal reflejo en reposo y movimiento.
El sistema visual, cuya
función es mantener los ojos en la horizontal y en coordinación con los
movimientos de la cabeza, de esta manera orienta al cuerpo en el espacio a
través de las imágenes que el ojo registra y envía al cerebro.
La suma de las percepciones
propioceptivas, vestibulares y visuales permiten al cerebro anticipar y/o corregir, los ajustes necesarios para que
el cuerpo sea capaz de adaptarse a las necesidades que el medio le presenta.
Esta información permite regular el tono muscular, la longitud del paso, la
fuerza aplicada para mover un objeto, la altura de elevación de una pierna para
subir un escalón, la reacción de defensa o equilibrio necesaria para evitar una
caída, así como registrar cambios en el terreno sobre el cual se camina.
Sistema Antigravitacional
La
demostración de este sistema refleja la organización del cuerpo humano, que
respeta siempre las tres leyes mencionadas. Considerando que “el equilibrio del
cuerpo está basado en un desequilibrio anterior”, cabe pensar que los factores
estáticos estén localizados preferentemente hacia atrás para oponerse a
ello.
Desde
la cabeza a los pies, se encuentra la cadena estática posterior únicamente
formada por estructuras conjuntivas (aponeurosis, ligamentos, vainas, tendones,
láminas, cápsulas). Compuesta por: el ligamento cervical posterior, la
aponeurosis dorsal, la aponeurosis lumbar y la aponeurosis del cuadrado lumbar
que se unen al periostio del sacro (los planos ligamentosos vertebrales,
también están incluidos en esta cadena), a nivel de las extremidades inferiores
no se observa una continuidad metódica, ya que se extiende a través de los
músculos semimembranoso, semitendinoso, tracto iliotibial, la lámina del sóleo,
el tendón de aquiles y la aponeurosis plantar .
La
cadena estática posterior tiene las cualidades de economía y de
propioceptividad para gestionar el reequilibrio por la información que envían
los músculos posteriores. Los músculos espinales son correctores, guardianes
del equilibrio y su intervención es más evidente en la dinámica.
Según
Perry, con el cuerpo en posición erecta y el peso distribuido entre los dos
pies, el equilibrio estático puede ser mantenido sin acción muscular. Para
esto, es necesario que el centro de gravedad del cuerpo esté alineado, es
decir, que la línea imaginaria extendida de la cabeza a los pies, atraviese el
orificio occipital, pase por delante de la columna dorsal, aproximadamente
1centímetro anterior a la cuarta vértebra lumbar, 0,6 centímetros por detrás de
la articulación de la cadera, por delante de la articulación de la rodilla y
termine entre 1,5 a 5 centímetros por delante de la articulación del tobillo. La
posición bípeda “cómoda” tiene un mínimo margen de estabilidad.
La
posición bípeda no es totalmente estacionaria, sino que revela un balanceo
tanto en el plano sagital como en el frontal. Existe un pequeño, pero continuo,
traspaso del peso del cuerpo entre los dos miembros inferiores.
Dos
mecanismos contribuyen a esta sutil
inestabilidad del cuerpo: la dinámica cardiaca y la falta de propiocepción
absoluta.
Según
Inman, cuando una persona se encuentra
en posición de pie cómoda, la línea vertical del peso del cuerpo pasa a través
de la articulación de la cadera y por delante de las articulaciones de la
rodilla y del tobillo. El efecto sobre
la articulación de la rodilla es producir un momento de extensión que la bloquea
en esa posición sin requerir actividad en el músculo cuádriceps. También
observó que si el peso del esqueleto se encuentra equilibrado entre los dos
miembros inferiores no hay actividad eléctrica en los músculos psoas-ilíaco,
glúteo mayor y glúteo medio.
Según
Basmajián , los músculos antigravitatorios no intervienen demasiado en el
mantenimiento de la postura erecta normal, sin
embargo, estos músculos intervienen en la producción de movimientos
potentes, necesarios para cambios mayores como puede ser, levantarse,
sentarse. La mayoría de los
electromiografistas están de acuerdo en que el electromiograma muestra la
relajación completa del músculo estriado en reposo (Basmajian, 1952).
Por
otra parte, sus observaciones han demostrado que no todos los 57 músculos de
cada extremidad necesitan ser activados en la posición erecta, en otras
palabras la posición humana erecta permite a muchos de los músculos de la
extremidad inferior relajarse completamente
Si
bien la actitud erecta depende de una posición adecuada de las articulaciones
del pie, rodilla, cadera, columna vertebral y occipito-vertebrales; algunos
autores opinan que los elementos
responsables de mantener dicha postura son: los ligamentos y los músculos.
Considerando
que la erecta se debe fundamentalmente a la acción muscular y los ligamentos
contribuyen a fijar ciertas articulaciones, ahorrando esfuerzo contráctil a los
músculos. Así los ligamentos amarillos de la columna vertebral impiden que el
tronco caiga hacia delante y la contracción tónica de los músculos de los
canales vertebrales que debería ser muy enérgica para mantener erecto el tronco
si no existieran dichos ligamentos, es insignificante . Pero en las partes más
móviles de la columna, cuello, región lumbar, la acción muscular es primordial.
Por otro lado el ligamento ileofemoral impide que el tronco caiga hacia atrás,
ayudando con su acción al psoas-ilíaco y al recto anterior del cuádriceps. En
cambio en la pierna, la acción de los músculos de la pantorrilla, el sóleo
fundamentalmente, impide que el cuerpo caiga hacia delante .
Los
músculos que intervienen para mantener la actitud erecta del hombre son
extensores y se llaman posturales o antigravitatorios.
La
postura erecta depende de la contracción muscular tónica; la ligera tensión
permanente a que da origen en el músculo la contracción tónica recibe el nombre
de tono muscular. El tono muscular es en
última instancia la expresión en el tiempo de la contracción tónica muscular.
Reacciones
que tienden a mantener y recuperar la postura
Para
mantener y/o recuperar la postura normal se producen una serie de reacciones
reflejas que pueden sistematizarse o clasificarse de la siguiente forma:
1.
Reacciones de sostén tónico-estáticas
2.
Reacciones de adaptación postural
3.
Reacciones de enderezamiento
4.
Reacciones de equilibración o tónico-cinéticas
1. Reacciones de sostén tónico-estáticas
Este
tipo de reacciones posturales reflejas, tiende a mantener el cuerpo erguido
sobre sus miembros en contra de la fuerza de gravedad. Para lograr ese objetivo
las articulaciones que deben mantener fijas son las de los dedos de los pies,
tobillos, rodillas, caderas, lumbosacras, intervertebrales y
occipitovertebrales. Estas articulaciones, en posición de pie, al movilizarse
pasiva o activamente originan en los músculos vecinos alargamiento que al
estimular los receptores propioceptivos dan
origen
a reflejos que tienden a volver la articulación a su posición adecuada. Para
contribuir a mantener la postura, además de reacciones motoras reflejas
originadas en receptores propioceptivos también se originan respuestas motoras
ante la estimulación de receptores exteroceptivos, al estimular la planta del
pie por el contacto con el suelo, su importancia es secundaria en el
mantenimiento de la postura, porque la desaparición de este reflejo no la
altera. Las reacciones posturales
tónico-estáticas más importantes se originan en los receptores
propioceptivos de los músculos flexores de los dedos del pie y del tobillo y en
los de los demás músculos posturales antigravitatorios. Al apoyarse el pie en
el suelo se produce la reacción de apoyo positiva. Además los músculos
cuádriceps, los de los canales paravertebrales y de la nuca, por estiramientos
producidos en ellos, con producción del reflejo miotático, contribuyen a fijar las articulaciones respectivas,
colaborando en el mantenimiento de la postura. Todas estas reacciones estáticas
de sostén se hallan presentes en el hombre y en el animal intacto.
La
reacción de apoyo negativa se manifiesta al levantar el pie del contacto con el
suelo, al suprimirse de esta forma los estímulos extero y propioceptivos que
producen la reacción de apoyo positiva se relajan los músculos liberando las
articulaciones para que el miembro pueda adoptar las posiciones más adecuadas
para ejecutar cualquier movimiento. El reflejo de extensión cruzada es una
reacción segmentaria en la que estímulos provenientes de un miembro alteran el
estado del miembro opuesto. Al flexionar una pata se contraen los extensores de
la pata opuesta, con lo que el animal está en mejores condiciones para soportar
su propio peso y mantener su postura fundamental.
2. Reacciones de adaptación postural
Un
animal que mantiene su postura fundamental puede, en un momento determinado
tener necesidad de modificarla, sin alterarla
básicamente, para adecuarla a la necesidad de una situación determinada.
Las reacciones de adaptación postural, llamadas también estáticas generales se
producen por la acción de los músculos del cuello y de los órganos
laberínticos, sobre los músculos del tronco y de las extremidades. Son
reacciones de tipo intersegmentario y suprasegmentario. Las primeras o
intersegmentarias, corresponden a la acción de los músculos del cuello (con su
centro motor en la médula cervical) sobre los músculos del tronco y de las
extremidades, que tienen sus neuronas motoras en la médula dorso-lumbar; la
acción intersegmentaria se efectúa por medio de los fascículos espinoespinales
o propios de la médula espinal, con intervención de neuronas de asociación
intersegmentaria. Las segundas o suprasegmentarias corresponden a la acción de
los núcleos vestibulares, estimulados por los receptores laberínticos
estáticos, y a través de los fascículos
vestíbuloespinales actúan sobre los músculos del cuello.
En
resumen, las reacciones de adaptación postural no modifican fundamentalmente la
postura, sino que como su nombre lo indica producen en ellas las modificaciones
necesarias para producir su adaptación a un fin determinado.
3. Reacciones de enderezamiento
Las
reacciones de enderezamiento entran en juego para recuperar la postura
fundamental cuando esta ha sido alterada por varias causas. En esta serie de
reacciones tiene importancia prioritaria la posición de la cabeza en el
espacio. La alteración de la posición de la cabeza estimula los receptores
estáticos laberínticos, y la variación de la posición de la cabeza con respecto
al cuerpo estimula los músculos cervicales. Las reacciones de enderezamiento
tienen una secuencia determinada: la cabeza es la primera que tiende a colocarse
en posición normal y luego siguen los movimientos que tienden a colocar el
cuerpo en relación con la cabeza.
Las
reacciones de enderezamiento son también intersegmentarias y suprasegmentarias.
Las intersegmentarias corresponden a los reflejos de enderezamiento del cuello
actuando sobre el tronco y a los reflejos del cuerpo que actúan sobre la cabeza
y el cuerpo. Las suprasegmentarias corresponden a los reflejos de
enderezamiento laberínticos y a los visuales, estos últimos con su centro en la
corteza occipital. Las reacciones reflejas de enderezamiento tienden en suma a
la recuperación de la postura normal.
4. Reacciones de equilibración
Las
reacciones de equilibración constituyen el último grupo que tiende a mantener
la postura normal.
Estas
reacciones son de dos tipos: propioceptivas musculares, originándose en
receptores propioceptivos musculares de las extremidades, y propioceptivas
laberínticas, que se originan en las crestas de los conductos semicirculares.
Las reacciones que tienen su origen en los receptores laberínticos son
suprasegmentarias y las que se originan en los receptores musculares son
intersegmentarias. Estos dos tipos de reacciones son fásicas, produciéndose las
primeras a partir del
cuerpo
en reposo y las segundas a partir del cuerpo en movimiento. Las reacciones
compensadoras de equilibración tienden a mantener el centro de gravedad del
cuerpo dentro del plano de sustentación y a asegurar la postura fundamental
cuando se desplaza el centro de gravedad.
Autor: Prof. V. S. Spátola